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Formas de viajar más sostenibles

Formas de viajar más sostenibles

Hay tantas formas de viajar como viajeros, aunque cuando se trata de sostenibilidad, hay una serie de características que van a hacer tu viaje más respetuoso con el medio ambiente y las comunidades locales, así como muy diferente a lo que suele ser un viaje típico.

En este artículo te vamos a mostrar formas diferentes de viajar, por supuesto, muy sostenibles, y que seguro vas a disfrutar mucho por lo poco habituales que son. Por supuesto, la diversión está asegurada, así como el visitar lugares asombrosos durante tu camino.

Viajar caminando

"Pies, para qué os quiero". Esta expresión popular refleja la forma más sostenible, económica y sencilla de viajar. Simplemente colgarnos la mochila a la espalda, salir de nuestra casa y caminar hacia el destino que hayamos marcado.

Esto, que puede parecer una locura, no lo es tanto cuando te aventuras a realizar un camino de peregrinación como puede ser el Camino de Santiago. 

Hay muchas personas que viajan hasta algún pueblo del camino y emprenden el viaje desde allí, siguiendo alguno de los trazados más populares, como el Francés, el Primitivo o el del norte.

Sin embargo, hay otras personas que prefieren hacer el camino desde su casa. Tan solo tienen que buscar cuál es la ruta hasta Santiago de Compostela, ver si discurre cerca de algún itinerario registrado del camino, y empezar a caminar.

Cinco, diez, veinte, treinta días, incluso hay caminos de sesenta o cien días, todo depende de las ganas que tengas de caminar, del tiempo disponible y de la aventura que quieras vivir. Lo que es seguro es que vas a tener experiencias únicas, conocer a personas muy interesantes y no vas a contaminar nada durante tu viaje.

Además del Camino de Santiago, hay muchas otras rutas para hacer caminando en España. Por ejemplo, están los senderos oficiales de largo recorrido, como el GR-7, de Andorra a Tarifa, con 2.600 km de longitud; el GR-11 o Transpirenaica, la exigente ruta de 820 kilómetros que atraviesa los Pirineos desde Girona hasta cabo Higuer; o el pintoresco camí de Cavalls o GR-223, de 185 kilómetros, que rodea toda la isla de Menorca.

Y si nos vamos al extranjero, además de todas las rutas por la naturaleza que puedes encontrar, como las que atraviesan las cadenas montañosas de los Alpes o los fiordos Noruegos, hay un par de rutas muy interesantes por su valor cultural, como son las Vías de San Francisco de Asís, en Italia, rutas que siguen los pasos de este religioso por diferentes regiones de Italia hasta llegar a Roma; y la Kumano Kodo en Japón, la red de caminos que recorren los templos sintoístas de la península de Kii, atravesando algunos de los parajes más hermosos de todo el país.

Viajar en bicicleta

Después de a pie, la bicicleta es el medio de transporte más ecológico que existe, pues sus emisiones son nulas. Los recorridos que puedes hacer en bicicleta son diferentes a los que haces caminando, pues necesitas de pistas con mejor firme, aunque puedes recorrer muchos más kilómetros al día.

Según muchos grandes viajeros, la bicicleta te permite viajar a la velocidad ideal. Ni tan despacio como caminando, en el que se hacen muy largas algunas jornadas, ni tan rápido como en coche o autobús, donde apenas puedes saborear el paisaje.

Además, el equipaje pesa menos en bicicleta que caminando gracias a las alforjas, por lo que puedes permitirte algún lujo extra, como acarrear el portátil o algo más de ropa.

En cuanto a ideas de rutas cicloturistas, en España hay varias que ya hemos visto para hacer caminando que también se pueden hacer a pie, como la Transpirenaica o el Camino de Santiago.

Únicamente para hacer en bicicleta hay algunas muy interesantes, como la de Montañas Vacías, donde su trazado se enmarca en la Serranía Celtibérica, dentro del triángulo que forman las ciudades de Madrid, Barcelona y Valencia. 680 kilómetros de sendas y caminos por la zona más despoblada de todo el país, ideal para ir con tu tienda de campaña y dormir al aire libre.

También están las vías verdes, antiguos trazados de ferrocarril reconvertidos en rutas cicloturistas, una de las mejores opciones para conocer lugares pintorescos sin sufrir mucho sobre la bicicleta, pues estas rutas suelen tener muy poca pendiente y están muy bien señalizadas.

En Europa hay algunas rutas cicloturistas muy agradables de recorrer, como la Ruta del Loira, que sigue el río Loira desde su nacimiento en el centro de Francia hasta su desembocadura en el Atlántico. Son más de 800 kilómetros de castillos, viñedos y todo el estilo francés. O la Ruta del Danubio, que sigue este famoso río desde su nacimiento en Alemania hasta su desembocadura en el Mar Negro. En total son 1.700 kilómetros a través de Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumania y Bulgaria, así como de algunas de las ciudades más bonitas de Europa.

Y, por supuesto, está el plan de diseñar tu propia ruta, como por ejemplo recorrer toda la costa Mediterránea desde Valencia hasta Roma, o la costa Atlántica desde San Sebastián hasta Lisboa, o hacer un gran viaje por media Europa, como, por ejemplo, desde tu casa hasta el cabo Norte, o desde tu casa hasta Budapest. 

Pueden sonar a locuras muy exigentes físicamente, aunque con una buena preparación y muchas ganas, se puede conseguir. Muchos viajeros empezaron a viajar en bicicleta alrededor de sus casas hasta que les picó el gusanillo y partieron en grandes aventuras.

Viajar en autocaravana

Después del confinamiento por la pandemia del Covid-19, el viaje en autocaravana o campervan ha ganado impulso gracias a que permite ir a lugares naturales, donde no hay otra forma de alojamiento, y a la independencia para planear el viaje.

Llevas todo a cuestas, como un caracol, por lo que no necesitas hacer reservas de hoteles, preocuparte por hacer checkin a la hora estipulada, ni tener un itinerario cerrado. Improvisas en todo momento.

Por supuesto, al viajar en autocaravana hay que respetar los lugares de parking, ya que en muchas playas está prohibido pernoctar, teniendo que dirigirte a lugares habilitados a tal efecto, como campings o ciertos parkings.

Lo bueno es que, como está aumentando el número de caravanistas, cada vez más pueblos y ciudades están instalando puntos de recarga y descarga de aguas, así como de parking gratuito. Sin duda una gran idea para incentivar este tipo de turismo.

La sostenibilidad en esta forma de viajar se debe a que usas muy poca agua en tu día a día, normalmente se viaja con la campervan o autocaravana con el máximo de ocupantes, y consumes poco más combustible que si viajas en coche, además de que no te alojas en hoteles, reduciendo el impacto al entorno por no necesitar un hotel donde alojarte.

Sin duda es una opción muy interesante para hacer grandes recorridos, sobre todo si son en lugares con mucha naturaleza y muy pocas poblaciones, como las Highland de Escocia o los fiordos de Noruega, permitiéndote hacer el viaje a tu ritmo.

Si quieres probar esta forma de viajar, una gran opción es alquilar una campervan por unos días para recorrer el sur de Portugal o cualquier otra zona que quieras conocer, así puedes comprobar si esto de viajar con la casa a cuestas es para ti.

Estas son algunas de las formas más sostenibles para viajar. Ahora queda en tu mano decidir si quieres probar alguna de ellas y, sobre todo, disfrutar mucho del viaje respetando a las comunidades locales y reduciendo tu impacto al viajar.

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