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¿Quieres ser más creativo? Tómate unas vacaciones

¿Quieres ser más creativo? Tómate unas vacaciones

En julio de 1923, Ernest Hemingway viajó junto con su esposa a Pamplona para conocer las fiestas de San Fermín. Quedó tan fascinado que repitió el viaje varias veces y le inspiró a escribir el borrador de The sun also rises, considerada en la actualidad su mayor obra.

Viajar amplía la mente. Son muchos los artistas y científicos que, como Hemingway, se han inspirado viajando por el mundo. Desde hace unos años, la ciencia está intentando desentrañar la relación entre las vacaciones y la creatividad del ser humano, considerada una de nuestras capacidades cognitivas más complejas.

Un estudio publicado en 2016, puso a prueba la flexibilidad cognitiva de 46 trabajadores de una empresa antes y después de las vacaciones.  El test era bastante sencillo: a cada trabajador se le daban una serie de objetos, como un martillo, y tenían que decir el mayor número de usos que se le podían dar en el menor tiempo posible. Por ejemplo, un martillo se puede usar para clavar algo, como arma, como pisapapeles o para disfrazarte de Tor. Curiosamente, tras dos semanas de vacaciones, los trabajadores eran capaces de dar un mayor número de usos a los objetos.

Pero ¿por qué las vacaciones nos vuelven más creativos? En especial, la ciencia apunta a tres factores distintos: la reducción del estrés, vivir experiencias nuevas y al efecto de las emociones positivas.

 

Reducción del estrés

Por lo general, el trabajo genera estrés. Cuando este es puntual no tiene por qué ser perjudicial. El estrés nos ayuda a reaccionar ante las situaciones de peligro. El problema viene cuando este se cronifica y se manifiesta en situaciones normales.

Las personas que sufren de estrés crónico tienen comportamientos más rutinarios, porque dedican toda su atención a los factores que les generan el estrés. Por lo tanto, es más difícil que generen ideas creativas. Su pensamiento se vuelve más rápido, lógico y estándar. Durante unas vacaciones, los empleados pueden liberarse del estrés laboral, haciendo que sus capacidades cognitivas se vuelvan más flexibles, por lo que aumenta la probabilidad de que surjan ideas creativas.

Los estudios en neurociencia demuestran que existe una relación entre la relajación y la creatividad. Por ejemplo, La Red Neuronal por Defecto (RND) son un conjunto de áreas cerebrales que se mantienen activas cuando el cerebro está en reposo. Estas áreas son las que nos permiten, por ejemplo, hacer introspecciones. Un estudio publicado en 2014, encontró una asociación positiva entre el rendimiento creativo de las personas y el tamaño de su RND.

 

Vivir experiencias nuevas

Incluso una simple acción como cambiar la forma en la que preparamos un bocadillo, puede aumentar nuestra flexibilidad cognitiva. Las vacaciones ofrecen numerosas oportunidades de vivir experiencias únicas. No hace falta irse a viajar a lo mochilero por el sureste asiático o hacer un safari por África. El mero hecho de no tener que trabajar ya hace que rompamos con nuestras rutinas diarias.

A sí mismo, escuchar un idioma extranjero, degustar comidas exóticas y presenciar hábitos culturales desconocidos, ayudan a romper esquemas cognitivos establecidos, lo que favorece que se creen nuevos. De hecho, varios estudios han demostrado que estas experiencias multiculturales favorecen la creatividad.

Por ejemplo, en una investigación, los alumnos que vieron una breve presentación sobre las diferencias culturales entre Estados Unidos y China escribieron después historias más creativas en una tarea que los alumnos que no habían visto esta presentación.

 

Emociones positivas

Las vacaciones no solo nos liberan del estrés y de la monotonía. Al poder elegir el destino de las vacaciones y las actividades diarias, nos hacen sentir cierto grado de autonomía. Al salir de nuestra zona de confort, nos enfrentamos a nuevos retos y sentimos satisfacción personal cuando los superamos. Además, nos aportan experiencias vitales que dotan de significado a nuestra vida. Por ejemplo, nos ayudan a conectar más fácilmente con las personas.

Como consecuencia, las vacaciones aumentan los niveles de felicidad, bienestar, autoestima y satisfacción personal en general. Estas emociones positivas animan a las personas a explorar, aprender y jugar, lo mejora el pensamiento creativo al favorecer la combinación de ideas.

Muchas personas se sienten culpables durante sus períodos de descanso, porque vivimos en una sociedad en la que se valora la productividad por encima de todo. Por eso, es importante recalcar la importancia de desconectar del trabajo de vez en cuando. Y no solo porque esto favorece la creatividad, sino también por nuestro propio bienestar y salud mental.

Así que, lo dicho: ¡A descansar!

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